Los kiwis contienen grandes cantidades de vitamina A (ideal para la piel, los huesos, el desarrollo dental y la protección de la visión), y mucha vitamina E (el doble de la cantidad encontrada en las paltas, con casi la mitad de las calorías), junto con potasio para equilibrar los electrolitos del cuerpo, limitando tanto la hipertensión como la presión arterial y colesterol alto. El cobre en el kiwi es especialmente bueno para los niños y bebés, apoya el desarrollo saludable en los pequeños, especialmente en las áreas de crecimiento y el desarrollo cerebral, y también para la formación de glóbulos rojos sanos y generar inmunidad contra las enfermedades.
El kiwi también es uno de los pocos alimentos ricos en vitamina B6, que ayuda al sistema inmunológico. La vitamina B6 es particularmente importante para los fetos sanos y las mujeres embarazadas o lactantes.